Nuestra historia
NUESTRA HISTORIA
La Fundación Los Pisingos, surge en mayo de 1968 en la ciudad de Bogotá, como una iniciativa creada por un grupo de 22 matrimonios apasionados por la transformación social. Es así, como este proyecto inició con un proceso de acompañamiento y atención integral a niñas que se encontraban en situación de abandono, que luego, encontraron en el proceso de adopción una nueva oportunidad de vida. Finalmente, en 1971, la organización alcanzó su proceso de legalización mediante la expedición y certificación por parte de la Personería Jurídica, lo cual permitió a la Fundación Los Pisingos, brindar un espacio de ayuda y atención integral a niños, niñas y adolescentes.
MISIÓN
En la Fundación Los Pisingos, diseñamos, implementamos y hacemos seguimiento a nuestros programas de adopción y mejoramiento de las condiciones de vida de niños, niñas y adolescentes en contextos de vulnerabilidad social, familiar y económica, buscando así, disminuir los índices relacionados a problemáticas como la violencia intrafamiliar y sexual, la deserción escolar, y el maltrato infantil, con el apoyo de redes sociales e institucionales
VISIÓN
Queremos ser reconocidos nacional e internacionalmente por ser una organización capacitada para desarrollar programas que favorezcan el reconocimiento, restablecimiento y el respeto por los derechos de la niñez colombiana y sus familias. De igual manera, buscamos ser reconocidos por los aportes que realizamos, producto de la investigación científica, el diseño e implementación de nuevas estrategias de intervención, lineamientos técnicos y aportes a las políticas para la niñez, juventud y familia.
NUESTRO EQUIPO
En Pisingos contamos con un equipo de profesionales, capacitado y formado en la interdisciplinariedad, trabajando día a día por mejorar la calidad de vida de la infancia, la juventud y las familias colombianas. En cada uno de nuestros programas, nuestros profesionales buscan potenciar las cualidades del niño, niña o adolescente, mediante el goce del amor y la protección de una familia comprometida, protectora e incondicional. Reconocemos la importancia que representa para las familias el conocimiento y dedicación de sus profesionales, y por esto, podemos asegurar que estamos altamente capacitados para afrontar los retos de la niñez y la adolescencia.